Música en tiempos de Cervantes

¿Qué motivos hacen cantar a los hombres? ¿Qué música inspiraría la pluma de Cervantes? ¿Qué canciones compondrían la banda sonora de los paisajes de su Quijote?

Hemos seleccionado dos motivos universales, que se alternan y entrelazan en el programa de este concierto: el Amor , motor de la música profana y el ansia de trascendencia y relación con Dios, germen de la música religiosa.

La música profana elegida es de tema amatorio en ambientes bucólicos o muestra el ideal amoroso deseado y aún no alcanzado o ya perdido.

Así escucharemos «de la dulce mi enemiga nace un mal que al alma hiere…» en la pieza del Cancionero de Palacio que abre el concierto. Un momento de éxtasis nocturno «ay, luna que reluces» es la antesala del desamor del que son testigos los arroyos «como no saben de celos ni de pasiones de amor, riense los arroyuelos de ver cómo lloro yo», con texto de Lope de Vega. El momento más íntimo llega con un dúo «ay, amargas soledades», que da paso a una advertencia de guardarse de caer en las llamas del amor «madre, la mi madre guardarme queréis, más si yo no me guardo, mal me guardaréis». Ruimonte así lo recoge con su alternancia de dúos solistas con respuestas corales contrapuntísticas a cinco voces. Y es que un «cavallero» podía volver loca a una dama «por vida de mis ojos… que por vuestros amores ando perdida», como recoge Juan Vásquez.

La música religiosa elegida tiene un carácter de súplica amable, como en el motete Sana me Domine o de tristeza resignada en el motete Versa est in luctum, compuesto para el funeral de Felipe II. El maravilloso y etéreo Pie Jesu de la Missa pro defunctis de Morales también comparte rasgos parecidos en esa petición del descanso eterno. Por el contrario Hoc Corpus es más luminoso y muestra la vertiente litúrgica de la música religiosa.

A medio camino entre el repertorio profano y religioso se encuentra Apuestan zagales dos, que forma parte de las «villanescas espirituales» de Francisco Guerrero. Pieza alegre y rítmica, es un puente entre lo terrenal y pastoril y lo teológico: ¿es Jesucristo hombre o Dios? Dos pastores jóvenes (zagales) discuten y dan argumentos a favor de una u otra opción hasta que un juez logra la síntesis integradora.

El concierto finaliza con el impresionante Super flumina babylonis, para doble coro (8 voces), que recoge la tristeza de los judíos en el exilio de Babilonia.

¡Esperamos que disfrutéis de las luces y sombras de este concierto, sumergiéndoos en la banda sonora de la época de Cervantes!

PROGRAMA

De la dulce, mi enemiga, Gabriel

Sana me Domine, Juan Vásquez

Ay, luna que reluces, Cancionero de Upsala

Pie Jesu, Cristóbal de Morales

Entre dos mansos arroyos, Mateo Romero

Ay, amargas soledades, Cancionero de Turín

Versa est in luctum, Alonso Lobo

Hoc Corpus, Melchor Robledo

Apuestan zagales dos, Francisco Guerrero

Por vida de mis ojos, Juan Vásquez

Madre, la mi madre, Pedro Ruimonte

Super flumina babylonis, Tomás Luis de Victoria